lunes, 15 de septiembre de 2008

El ayer

Hoy os voy a contar una pequeña historia que me pasó ayer y que hará salirme un poco del tono habitual de ironía y poca vergüenza del que os tengo acostumbrados.

Ayer vino mi tío a mi casa a ver el Real Madrid CF - Numancia. La situación era la de siempre, “Tu equipo no va a ganar esta vez, me parece que este año se os va a atragantar la liga” dice nada más entrar por la puerta. Habla de mi equipo, que es el mismo que el suyo pero diferente. En su equipo el blanco se machaba de marrón cuando Camacho se tiraba a por todos los balones, su blanco que manchaba Juanito cuando sangraba por los poros de su piel el madridismo que sangrase. Su Madrid dice, era el que Amancio pedía el balón al hueco y de dos obras de arte se plantaba en la línea de cal, no como el Robben este que la pide al pie y no la da hasta que no se aburre. “Como corre el Drenthe este” le decía yo...”para correr Gente que la cogia en su area y se hacía un autopase por arriba y en carrera solo le ganaba Benítez el del Barça, ese que se murió por intoxicación de mejillones” –“¿se murió por comer mejillones?” le pregunte yo- “Sisi y Gento como era el único que le plantaba cara se negó a jugar aquel Madrid-Barça en su memoria” me contestó.

Mi tío es de esos que te recita sin margen de error la alineación de las copas de Europa del Madrid, o te cuenta que fue de este o de aquel. Pero está desencantado, "Guti, ese que te gusta a ti, si hubiera sido más sacrificado tendría dos o tres balones de oro, sería más grande que el Raúl éste que tu adoras". El ha visto mucho fútbol y entiende lo suficiente para criticar lo que hay. Y lo critica sin mirar el nombre, echando mierda sobre Casillas si hace falta porque no atajó ese balón o porque no hizo tal cosa.

Yo me preguntó ahora a mi tierna edad. ¿Me desencantaré alguna vez del fútbol?, ¿recordaré a Zidane, a Raúl o a Casillas cuando sean otros los que defiendan al Madrid? Hablaré de ese Puyol que es todo garra como lo hace mi tío de Pirri o Benito? No lo sé. Realmente espero que no.



*Texto integro de mi colaboración semanal en Más que fútbol